Los Sistemas Agroforestales y su contribución a la conservación de la biodiversidad.
El mes de abril enmarca la celebración del Día Mundial de la Tierra, día que nos ayuda a crear conciencia sobre la relevancia de la conservación de la biodiversidad y el manejo de los recursos naturales de manera sostenible. Los Sistemas Agroforestales (SAF) son un ejemplo de cómo poder sumar a la biodiversidad, al mismo tiempo que se hace un manejo sostenible, ya que estos sistemas de producción agrícola o ganadera incluyen el componente arbóreo.
Los tipos de árboles y las formas que se pueden incluir estos en los cultivos, depende de las características ecológicas de cada sitio y, de los objetivos de los y las propietarias de la tierra. Hay varios tipos de SAF y aquellos que son empleados por el Programa Scolel´te son: cercos vivos, sistema Taungya, acahuales mejorados y cafetales bajo sombra, donde los árboles se distribuyen de tal manera, que les permita aprovechar ese acomodo para optimizar los objetivos de producción y los beneficios ecológicos como el secuestro de carbono.
Como un elemento complementario a la actividad rural primaria, los árboles en SAF proveen resiliencia para los tiempos de crisis, ofreciendo variedad de productos como alimentos, forraje, leña (proveniente de las podas), entre otros.
La implementación de SAF en la matriz del paisaje agropecuario, contribuye a evitar la degradación y la deforestación de los fragmentos de bosque remanentes. Además, de que ofrecen nichos y corredores ecológicos alternos, importantes para la conectividad del paisaje y la conservación de la biodiversidad.
Por último, la masificación de los SAF puede contribuir a la provisión de servicios ecosistémicos para toda la población humana, como son la mitigación del cambio climático y la regulación de los ciclos hidrológicos, sin menospreciar el embellecimiento del paisaje.